No sé si os sonará familiar. Últimamente escucho mucho el argumento de que hay que agradecer a las personas que nos han hecho daño, porque nos han dejado un aprendizaje. O en su otra variante, que dice algo así como que, todo pasa por algo o para enseñarnos algo.
En principio suena bien, verdad, sin embargo, este argumento me parece que puede generar daño, especialmente en algunas personas. En este post voy a intentar explicar porque lo considero así.
Hay que agradecer a las personas que nos han hecho daño
Esta frase a priori, puede no sonar mal, ya que suele ir asociada a la explicación de que el agradecimiento, tiene que ver con el aprendizaje que supuso la experiencia.
Realmente, somos lo que somos en base a todas nuestras experiencias. En base a lo que aprendemos a lo largo de nuestra a vida.
Sin embargo, afirmar que hay que agradecer que nos hayan hecho daño, resulta contraproducente. La realidad es que este tipo de experiencias, en muchas ocasiones generan dificultades, que pueden extenderse a lo largo de la vida, incluso cronificarse, a no ser que se entre en contacto con otras experiencias o con psicoterapia y/ o tratamientos farmacológicos.
La dificultad en muchos casos es que, por razones familiares, economía u otras, a muchas personas que les han hecho daño, les resulta complicado establecer contacto con nuevas experiencias o profesionales.
Por lo que, podemos imaginar lo que supone para una persona que ha pasado por una experiencia de daño inferido por otros, que le digan que hay que agradecer, agradecer que…
La cuestión es, que muchas personas que dicen esto,no tienen mala intención. En realidad todos tendemos a romantizar ciertas experiencias, sobre todo, cuando hablamos desde una posición de bienestar.
Todo pasa por algo
Esta frase, como la primera, en principio no suena mal. Incluso podría suponer un consuelo a veces. Es algo así como ese dicho que reza «no hay mal que por bien no venga».
En principio,son planteamientos, que en ocasiones no vienen mal. En gran medida porque pueden liberarnos de cierta posibilidad de haber cambiado algo o dotar de sentido a algo inexplicable.
Sí todo pasa por algo, lo que me ha pasado tiene sentido, no hay más preguntas, el destino quizás…
El problema está, a mi modo de verlo, en qué no tiene sentido precisamente decir que, determinadas cosas pasan por algo.
Aquí me voy a extremos para intentar ser claro. Por ejemplo, me parece que todos estaríamos de acuerdo, en que cualquier violencia o abuso sobre otra persona, no pasa por algo, no tiene una razón de ser.
Por lo que si una persona, continuando con el ejemplo, que ha sufrido cualquier tipo de violencia o abuso, escucha, «todo pasa por algo» imaginamos las consecuencias. De ahí el post, de ahí la reflexión.
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